Un abogado puede explicar de manera precisa que un contrato es un “acuerdo por escrito” entre “dos o más partes”, y cómo y cuándo este acuerdo es legalmente válido. 

 

Pero un contrato a menudo representa algo más. 

 

No se celebra un contrato por cada cita (“¿almorzamos juntos mañana?”). Los contratos a menudo contienen acuerdos que son de interés para personas dentro y fuera de su organización. 

 

Gestionar contratos se trata de hacer que los contratos sean manejables. Eso suena como si fueras a sentarte sobre ellos. Como si un contrato fuera un monstruo salvaje que de lo contrario escaparía. Pero un contrato en sí mismo es un documento estático. Por eso, muchas organizaciones piensan que almacenar los contratos de forma segura es suficiente para gestionar un contrato (almacenamiento de contratos).

Otros van un paso más allá y registran metadatos importantes del contrato (como la fecha de vencimiento) en una lista (registro de contratos). Pero el almacenamiento o registro por sí solos no son de mucha utilidad para ti como interesado.